Caminos de Lluvia - Cristina G. Rodero
***
Yo no sé robar miradas
Y casi siempre me pinto de viento
Que nadie sabe ver ahí
ni piensa que le gustaría enfrascar
o alguna vez sentir caricia
No soy esencia de alguna pintura hermosa
Ni tengo el tacto más fino
o la boca más roja del universo
Yo sé que no soy, ni por tantito
más que la torpeza en los pies
en días de furia o rezagados
y tengo a veces la boca seca
y los ojos llenos de lluvia
no sé contonearme como una mujer
quizá porque casi nunca me he sentido
muy segura o diferenciada de los otros
sigo siendo en mí:
amorfa y forma de lo desarmado
y me miro
y me desmiro destrozada
ilusiones o miradas
que alguna vez amaron
los que se fueron tras la luna
al despertar del día
yo sé que poco tengo
de aquel encanto de hacer al sol reír
e inspirarle confianza
pero aún así, y con todo eso
me gustaría ser
la pieza última de tu sueño más sublime
y no hacerlo cachitos
sino hacer que no quisieras despertar
o despertar y vivirlo (aún mejor)
sé que voy
siguiendo a la nostalgia
porque la amarraron a mis ojos
los que me hicieron
quisiera esta vez
dejar la angustia esta que tengo
de mi abandono
de mi tríbula amargura
quisiera arrebatarme de mí
y tirarme al silencio algarábico de Tú Fantasía
y ser algún centavo por el cual
tal vez detener tu marcha y recoger
y llevar en la palma de la mano
-porque sería un centavo de la suerte
uno para no soltar durante el camino-
quisiera tal vez deshacer mi alma
y el dolor.
ser y sentir
y transformar lo que hay
-que no es calor ni amor ni vuelo-
en el mundo
pero aún con eso
siempre quedas tú con tu buenviento
porque el amor permanece
y levanta
y es, casi siempre
lo que rompe el silencio mental.
lo que causa reflejo risorio
en mi máscara esfacelada
por que cuando niña
me inventé un paraíso
y aún creo
en la hermandad, la lealtad, el amor, y en todo aquello
que nos hace ser seres domesticables
y por tanto,
amables
al cabo,
al fin y al cabo
no sé qué sigo o no siendo
y si en verdad lo soy
o lo busco solamente
Yo sé que a veces no sé moverme sin pensar el paso
Y me tambaleo
O tropiezo
Incluso con mis propias agujetas (desatadas).
Será por eso que las amarro de lado
Para no estorbar cuando camino
funámbula, y como siempre,
distraída y torpe
Estos días no han sido del todo buenos
Sin embargo
Sé que parabién sos
Y siempre estás ahí
con ligereza de tren viajero
con la bondad soleada
en días de nubes
déjame caminar contigo,
déjame siempre ser para ti
todo lo que para mí
no he sido
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