Me he ido esta semana entre lágrimas y unaodosotres risotadas de ironía, que a veces me sorprende calladita viendo al cielo en el rincón de la terraza. Sobretodo sé que las amo ahora que las marañas que tenía por pestañas me las vengo quitando desde que doblé la esquina...
Ésta, sin embargo (o algo como para hacer un énfasis en naranja), juro que me encanta, por lo (in)sensata y sobretodo por que siempre que la canto, me da esta sensación increíble, de querer mover los dedos y sacarme el alma, cachito a cachito e ir a buscarte. Decirte esto que dice doña Chavela como ninguna voz nunca podrá decirlo...
Para tí, dolencia y cura de mi estar amargo... O para mí, y es que es cuasi imposible saber sin que amenace a estas horas tu fantasma...
¡Ay, Dolor... Ya me volviste a dar!
(Ah, y luego es que decidí poner el marco rojo. Por obvias -almenosparamí- y múltiples razones. Jojo, que esas cositas también dicen otras tantas rarezas de mi ser ventolero...)
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Dice un pajarito...