jueves, 8 de abril de 2010

Me imagino con la esencia de un espantapájaros...


El jueves llega como postre a la mesura. Desde las mínimas sonrisas de la gran estrella, procuro no ahogar la flora prisa con que comienzo a dar los típicos pasitos torpes de la modorra matutina. Sin embargo, atino a tomarme el tiempo de saborearlo con las manos, entre cada uno de mis sabecuántos dedos. No acepto cucharas que trasgredan su piel azul intacta o tenazas que pretendan torpemente celofanizarle la pureza. Y lo saboreo como dije: con las manos, con los ojos, con los pies, y quizá pueda hacerlo también con los codos…
Llega el jueves y lo vivo, pero aguardo la zona, la parte más dulce, el centro tropicálido, los sabores naranjas en las pupilas contentas husmeando entre los árboles y a la línea vacilante trazada al horizonte; algún poema de alguien otro, en quien me veo. Y después de leído –el cielo, el poema o cualquier otra cosa que me robe la mirada y la atención- abandono el sitio para acabar mi jueves, con un leve arrullo en los ojos, cautelosa de no limpiar después mis labios, en los que queda una efímera sábana dulzona de mi -paraentonces- devorado día, que hace que a veces, si me emociono demasiado, sienta pájaros extáticos rasguñándome la panza.
***

 

Deberás saber: Más grande es mi miedo

Este jueves
Vos decís te extraño
y no sé por qué razón no puedo imaginarlo..

Tú y tus juegos de bufón gris
Tu antifaz y tus disfraces

¿qué hace que a estas horas
regales a ella
la pila de estrellas de tu mano
que solía cubrirme el alma y la mirada?

Amor, te diré un secreto:
Ya hace tiempo que no sé ponerme linda
Aunque sea de las uñas o del alma

No lo hago porque siento

que aunque lo haga,
no vas a estar ahí para reírte
por los intentos que a veces hago
de agradarte.

Porque sé que hoy, como ayer o mañana
simplemente no vienes.

Por más que digas que hoy,
Tu María se te hizo nítida
entre sueños y visiones en el día.

Yo, es decir,
me da pena pensarlo,
Pero creo que la necedad aflora en ti
Cuando tu nana se dispersa,
se hace pleonasmo de sentires y pensares.

Cuando no encuentras la flor en tu calle
Que haga las veces de María.

Que María está algunas veces triste y cansada
de seguir el juego, pero…

En fin

Creo que algo entonces, tendré de espantapájaros
-siempre me han gustado los espantapájaros
pero hoy no es así-

Algo tengo entre fatídico y tierno
por lo que te vas en silencio absurdo
y por lo que luego vuelves
diciendo -Te extraño, María
Y todo me da miedo-...

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Dice un pajarito...

se ägradece cön el tambor deL corazón, con puro amör : .