martes, 23 de marzo de 2010

El día de hoy trajo luces tristes...

El día de hoy me trajo cosas tristes... Tu recuerdo llegó de a poquito y se fue expandiendo conforme pasó el día, con las diferentes luces que el sol regala, y al atardecer, ya eras todo lo que había. Ayer cumpliste años y yo pensé en tí. Pensé de más. Pensé en llamarte o ir a visitarte y abrazarte, y mirarte, olerte, besarte (a todas horas), y seguro te abracé y hablé todo el día en el pensamiento. Pensé en las cosas que habría podido hacer para verte sonreír, si no me sintiera tan fuera tuyo, porque así me parecería solamente ridículo cualquier intento de felicitaciones. Pero no lo hice. ¿Por qué no? Por la tristeza y el desvarío qe suponen haberme ido por sentir que no soy lo que te haría bien, y no saber si hice bien o mal, o simplemente hice lo que parecía correcto...
De eso hace ya dos meses... y te extraño hasta la médula. Hace eco el silencio en mi noche, ya lo sabes, si te pienso, y siempre, siempre te pienso.
No sé cómo es que vos hacés para no pensar en esto. ¿O sí lo haces? Tal vez sí sé porqué no me piensas, y dirías que no sea tonta, que no piense esas cosas falsas...
Ojalá todo fuera tan fácil como dejar de ser tan tonta y necia y volver a verte y vivirte, si vos quisieras.
En la mañana estaba pensando en las cosas que, desde que uno nace, nunca terminan, que no paran. Como las estrellas, que si muere una, nace en algún otro espacio y tiempo otra, y me dí cuenta de que esto, para mí, no es nada como eso... Aunque pueda haber de pronto brillos, ninguno es así de grande como lo que llevo adentro. También pensé en lo absurdo que resulta todo, y que cada vez que te alejas/me alejo, es como si me dejara morir de nuevo, cada día, en cada sitio, en cada paso que doy sin vos. 
Podrá sonar estúpidamente ridículo y cursi, pero me cae que poco me importa, si lo único que quiero en toda la vida y que no cambiaría por ningún brillo absurdo, es tu mirada, tu olor, tu abrazo, tu cálido beso, tu mano, amor, tu mano. El estar contigo o sentir que estoy en vos y llevarte adentro. No quiero alguna otra vida que no te incluya, y lucho para no terminar tirada en el desamor o en esa desesperanza que supone una bateada como esa. Tal vez es mi mala percepción de cómo pasaron las cosas, tal vez suceda que mañana, o un día de éstos, como cualquiero otro día, me llames y nos veamos y me platiques, y me llames amor y me acompañes otra vez a ver el atardecer y las estrellas, y de verdad me ames, y yo te siga amando como no puedo evitar hacerlo. Te extraño, mi vida. Aunque no quiero hacer algo que pueda alejarnos más, si es que lejos ya nos hemos ido haciendo. Cada noche aprende uno cosas. Estos días, son, para mí, la noche, en donde lo único que podría traer al sol, es una sola mirada tuya...

La mañana fue ayer un soliloquio triste, y pretendía ser un discurso de aguas dulces y de flores, bienvenidas, bienllegadas, de mirarte y no decirte nada, aunque fuera de lejos, saber que estás bien (aunque eso ya lo has dicho), verte contento, sonriente, mediodía y alegrías de amaranto, para la niña que escribe cosas tan tontas, pero que, vos ya sabes, simple y raramente, te ama.

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Dice un pajarito...

se ägradece cön el tambor deL corazón, con puro amör : .