Soy una niña. Ya sé yo que soy una nena llorona y berrinchuda.
Por eso sé que cuando digo que nadie me tendrá nunca paciencia, es porque estoy cuasi segura de que será de esa manera.
Y al decir que me conozco no significa que esté justificándome (de hecho sé que casi siempre estoy mal a juicio de casi todo el mundo), soy la persona más imperfecta de todas.
También sé que no me gusta estar triste.
Es por eso, que al final de cuentas, lo que me sigue poniendo contenta es saber que siempre, sea como sea el día, es el único día.
Y equis, no quiero dejar que se siga deslavando esa alegría con que he decidido vestirme desde que morí aquella vez.
La quiero de colores, a mi alegría,
esos colores dulces que tanto que me gustan.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarQue sea la alegría la que siga vistiendo tus días.
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