jueves, 11 de noviembre de 2010

Gracias, vientre leal

-¿Te pido algo? No limpies la cocina esta noche. Déjala para mañana.
-¿Vos me ayudás mañana?
Él vaciló, y ella se dió cuenta.
-Ah, no me ayudás.
-Mirá, no voy a ayudarte mañana porque tengo que salir temprano. Pero igual te pido que no limpies la cocina esta noche.
-Bueno, el argumento no es muy convincente.
-¿Y la mirada?
-La mirada sí.
-¿Entonces no limpiás?
-Entonces no limpio.
Todo estaba implícito. Ocho años de matrimonio, ocho buenos años de matrimonio, crean rutinas, claro, pero también crean entrelíneas, claves, contraseñas. "No tenemos que dejar que nos aplaste la costumbre", decía él a menudo. "Siempre hay que crear, siempre hay que inventar". ¿Y yo te empujo mucho a la costumbre?, preguntaba Marta. "No, en absoluto. Porque no alcanza con que invente uno solo integrante de la pareja; no alcanza con que se renueve uno solo. Algunas noches vos me hacés una caricia nueva, una caricia inédita, y fíjate qué curioso, esa caricia nueva también sirve para revitalizar las viejas caricias, como si las contagiara su novedad".
-Vení. Quiero quitarte yo el vestido.
-¿Qué pasa, amor?
-Nada. Solo que quiero quitarte yo el vestido. Ya que es tan lindo.
Marta se enfrentó a él, alegra y sorprendida, como dispuesta a iniciar un juego del que aún no había captado totalmente el sentido.
-Quita, pues.
Él descorrió lentamente los cierres, desabotonó lo que había que desabotonar, y luego presionó hacia abajo. El vestido azul quedó arrollado a los pies de Marta Ella iba a recogerlo, pero él dijo:"Después". "Se va a arrugar". "No importa". La hizo girar frente a sí, le desprendió el sostén.
-Realmente estás muco más linda que cuando nos casamos
-Pero, ¿qué pasa, amor?
-Eso es lo que quería confirmar. Ya lo he confirmado. Ahora vení.
-¿Usted no se piensa desvestir, compañero?
-¿Lo crees necesario?
-Absolutamente...

Fragmento del cuento: "Gracias, vientre leal"
de Mario Benedetti.
Del libro "Con y sin Nostalgia"


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Dice un pajarito...

se ägradece cön el tambor deL corazón, con puro amör : .